Imagen de la noche |
"Él se viste para yacer junto a sí mismo"
"Sí; nosotros que estamos ahítos de sufrimiento hasta la garganta, deberíamos mirar bien en derredor, dudando de todo lo que se ve, se hace o se dice, precisamente porque tenemos una palabra para ello y no para su alquimia."
"La lucha de la fiera marca una senda a la fiera"
"-Lo que destroza el corazón del enamorado es la noche en la que se sume aquella a quien ama; él la despierta y sólo se encuentra cara a cara con la hiena de su sonrisa cuando ella deja aquella compañía."
"Nosotros despertamos de nuestras fechorías bañados en sudor, porque han sucedido en una casa sin señas, en una calle que no es de ninguna ciudad, poblada por unas gentes que no tienen nombre por el que podamos negarlas. Su misma falta de identidad las convierte en nosotros mismos, porque mediante el nombre de una calle, el número de una casa, un nombre, dejamos de acusarnos a nosotros mismos. El sueño exige de nosotros una inmunidad culpable."
"... buscando a mi gente que no ha sido creada..."
Todas las citas anteriores pertenecen al libro "El bosque de la noche" de la escritora norteamericana Djuna Barnes. He rescatado las citas que apuntan a la creación de conceptos en filosofía o la creación del nombre propio en psicoanálisis. Citas que muestran cómo se hace la creación, los caminos que hay que transitar y los problemas que hay que resolver. Se trata de la creación de una línea abstracta o línea de fuga (Deleuze). Después de mostrar algunos ejemplos del doble (la diferencia o el pensamiento) en el primer capítulo vamos a pasar ahora a su dinámica porque es por medio del doble que se va a poder trazar la línea abstracta.
"Él se viste para yacer junto a sí mismo" es una síntesis disyuntiva (Deleuze) o disyunción inclusiva (Lacan); "entre perro y lobo" o como decíamos antes entre frío y miedo o también entre miedo y ganas. Se trata de horas crepusculares, cambios atmosféricos:
"Amar a los que son así: cuando entran en una habitación, no se trata de personas, caracteres o sujetos, se trata de una variación atmosférica, de un cambio de matiz, de una molécula imperceptible, de una población discreta, de una bruma o una nube de gotas" (Deleuze)
Este es el texto que recupera Zourabichvili de Deleuze para hablar de la síntesis disyuntiva. Podríamos hablar también de una sexualidad atmosférica incluso de una sexuación atmosférica, un sexo-bruma inquietante...
También en D. Barnes hay un ejemplo de síntesis disyuntiva, cuando uno de los personajes de la novela acude a ver al doctor para preguntarle ¿qué es la noche? se encuentra con el doctor vestido con ropa de mujer y pintado, y el personaje que acude al doctor se sorprende y se dice a sí mismo: "¡Dios, los niños saben cosas que no pueden explicar! ¡A ellos les gusta ver a Caperucita y al Lobo en la cama! Pero este pensamiento... no fue sino una sensación de pensamiento."
Dinámica: "La lucha de la fiera marca una senda a la fiera". La fiera ahora parece que es algo distinto del doble aunque procede del doble, es la línea abstracta del doble, la fisura que hay entre los dos que componen el doble entre los dos que son la diferencia consigo mismo, entre el relámpago y la noche, entre perro y lobo... la fiera deja marcas, signos de orientación. Pero ¿qué es un signo, una marca?.
"Existe siempre la violencia de un signo que nos fuerza a buscar, que nos quita la paz..." (Deleuze).
El signo remite siempre a algo distinto de sí mismo sin salir de sí mismo. El signo pone en contacto dimensiones heterogeneas del sí mismo, sensaciones. El signo es lo que rescatamos del devenir otro.
¿Cómo se forma el signo a partir del doble? Cuando se hace indiscernible, cuando lo actual se hace virtual y lo virtual actual: cristal de tiempo. La dualidad de lo virtual y lo actual se ha hecho indiscernible ya no discernimos el personaje de su doble, siguen siendo diferentes pero indiscernibles. Ahora el sujeto es indecidible. Surge la monstruosa potencia de lo falso, aparece la fiera marcando una senda en su lucha. Es el inicio del drama (problema).
Dice Deleuze: El signo que fuerza a pensar induce un drama en el pensador, que este debe lograr conservar en un concepto. Y siguiendo a Zourabichvili: "Un concepto es la captura de un drama o de un puro dinamismo: el concepto traza una línea de fuga entre puntos de vista, línea llamada, justamente, abstracta".
Cuando abrimos un doble por medio de la síntesis disyuntiva (diagrama) se produce una lucha (dinámica), un drama que deja una senda, una marca, un signo que guía y ese signo en su avance crea una línea que llamamos línea abstracta o concepto o nombre propio. El lenguaje nombra (abstracción) por medio del infinitivo ("crecer" "amar") la lucha, el drama,movimiento infinito que no termina jamás.
Zourabichvili: "Un concepto no representa la realidad, no la comenta ni la explica, sino que talla puros dramas en lo que llega, en lo que ocurre, independientemente de las personas u objetos a los que esto les llega u ocurre". Como decía anteriormente D. Barnesrepresentación.
Volvemos a El bosque de la noche:
"-No siga buscando la calamidad; la tiene en su hijo. Al fin y al cabo, la calamidad es lo que todos perseguimos. Usted la ha encontrado. El hombre está completo sólo cuando toma en consideración a su sombra además de a sí mismo; ¿y qué es la sombra de un hombre sino su asombro postrado?"
Caperucita y el lobo en la cama) ramifican las filiaciones de la noche, el pueblo olvidado, pueblo al que el Doctor acude cuando todo se sume en la memoria, memoria- cuerpo perdido del caballo:
"Un día, durante la guerra, vi un caballo muerto que llevaba mucho tiempo en el suelo. El tiempo, y los pájaros y su propio postrer esfuerzo habían dejado al cuerpo a gran distancia de la cabeza. Mientras contemplaba aquella cabeza, en mi memoria pesaba el cuerpo perdido; y a causa de aquella magnitud ausente, la cabeza yacía en el suelo con mayor peso" Se establece así el conflicto de las fuerzas activas y reactivas que describe Nieztsche.
Guido -prosiguió el doctor- es un bienaventurado, es la paz de espíritu, es lo que usted siempre persiguió. La Aristocracia- dijo sonriendo- es una condición que adquiere la mente de la persona al tratar de pensar en algo mas grande y mejor.
El barón Félix, padre de Guido, toda una vida obsesionado por la "Vieja Europa": la aristocracia, la grandeza, la realeza, intentaba a toda costa recuperar aquel pasado de nobleza y de inalcanzable fastuosidad de los reyes y las reinas, que no es más que el pasado puro que se actualiza ahora en Guido, su hijo enfermo (deficiente en lo mental), único portador de una nueva sangre de pensamiento aristocrático.
¿ Quién es este hijo enfermo? Hijo catástrofe, el idiota místico, el que "siente que hay otro sin que haya varios" (Deleuze), anomal, brujo, Arlequín... el príncipe idiota de Dostoyevski, el idiota de la familia (Flaubert) de Sartre, la Comedia del Arte, Picasso, el saltimbanqui nietzscheano, el Polichinela de Tiepolo... El que "...se viste para yacer consigo mismo" Este hijo es el autómata espiritual
que vive en la noche de nuestro cerebro, la línea abstracta, el tiempo en persona. Es la marca que deja la lucha de la fiera: la diferencia.
La mejor escenificación de la lucha del doble consigo mismo, del doble-soledad, la encontramos al final del libro "El bosque de la noche":
"En lo alto de la colina, recortándose débilmente sobre el cielo, se distinguía el blanco borroso de la capilla; había una raya de luz que recorría la puerta. Nora empezó a correr, jurando y llorando, y ciega se precipitó por la puerta de la capilla.
Encima de un altar improvisado, ardían dos velas delante de una Virgen. Su luz se extendía por el suelo y los bancos polvorientos. Delante de la imagen había flores y juguetes. Allí estaba Robin, de cara al altar, con su pantalón de hombre, en actitud sobresaltada y suspensa, con la mano a la altura del hombro. En el momento en que el cuerpo de Nora chocó con la madera, Robin empezó a inclinarse con el pelo ondeando y los brazos extendidos. El perro retrocedía con las patas delanteras en diagonal, el anca trémula, el pelo erizado, la boca abierta, la lengua colgando por entre sus dientes brillantes, gimiendo y esperando. Ella siguió agachándose hasta que su cabeza rozó la del animal, gateando, con las venas hinchadas en el cuello, debajo de las orejas y en los brazos y las manos, congestionadas y palpitantes al avanzar.
El perro, con todos los músculos temblando, dio un salto atrás. La lengua era un arco de terror. El animal retrocedía y retrocedía mientras ella avanzaba, gimiendo. Acorralado en el rincón, el perro arqueaba el lomo como para huir de algo que le causaba horror, y parecía alzarse del suelo; por fin se detuvo, arañando la paredes de lado con las patas delanteras que mantenía en alto, vacilantes. Luego, con la cabeza gacha, arrastrando el flequillo por el polvo, ella le golpeó el costado. Él lanzó un aullido de espanto e hizo amago de morderla, corriendo alrededor de ella, saltando a un lado y a otro, manteniéndose siempre de cara a ella, golpeando la pared con los cuartos traseros de un lado y de otro.
Entonces también ella empezó a ladrar, arrastrándose tras él, ladrando con una acceso de risa obscena y conmovedora. El perro, agachado, empezó a correr con ella, cabeza con cabeza, como para pasar junto a ella, golpeando el suelo suavemente con sus patas mullidas. Él corría de un lado al otro gruñendo por lo bajo, y ella reía y gruñía con él; gruñían a intervalos más y más cortos, cabeza con cabeza hasta que ella abandonó y se tendió con los brazos a lo largo del cuerpo y la cara vuelta de lado, llorando; y el perro también abandonó y se echó con los ojos inyectados en sangre y la cabeza apoyada en las rodillas de ella."
Ah! la soledad también nos tiene miedo, se asusta y llora cuando nos ve. Lacan: Una mujer tiene por compañera su propia soledad.
Tenemos asustada a la soledad porque una vez que nos gana en la vida cotidiana y nos deja heridos entonces la buscamos y la recuperamos como nuestro doble y gruñimos y reímos con ella. Piedad... es piadosa con nosotros y nos sostiene con su frialdad.
Vigilante ¿qué me dices de la noche?. El instinto de muerte: la desexualización.
"La noche" ,en la novela de Barnes, es el lugar último en donde va a aparecer el instinto de muerte, esa soledad que es la última máscara de Eros. De la lucha con nuestra soledad va a surgir un pensamiento "...puro y frío, apático y helado...": la línea abstracta.
Tanto Freud como Lacan y como Deleuze remiten el final de sus investigaciones a un tema único, aunque cada uno lo trata de distinta manera: para Freud es el problema del masoquismo primordial (el más allá del principio del placer) y con ello el problema del humor y el superyo; para Lacan es el problema de la extracción del objeto a y el pase (pase de psicoanalizante a psicoanalista); para Deleuze el problema del instinto de muerte, el futuro como eterno retorno, la desmaterialización de los signos, el acceso a un pensamiento frío y cruel. Nos proponemos hacer un breve repaso de estos tres autores para luego volver a la noche.
Comenzamos con Deleuze y para ello nos remitimos a una de sus primeras monografías: Proust y los signos. Su primer planteamiento es que el libro de Proust es un aprendizaje. "Aprender concierne esencialmente a los signos". "Aprender es, en primer lugar, considerar una materia, un objeto, un ser, como si emitieran signos por descifrar, por interpretar". Se trata de vencer algunas creencia consolidadas: "atribuir al objeto los signos de que es portador". Este es el principal problema, creemos que el mismo objeto contiene el secreto del signo que emite. Los objetos portan el signo pero no tienen su secreto, no son ese signo. "Cada signo tiene dos mitades: "designa un objeto y significa algo distinto". Reconocemos las cosas (reconocimiento del objeto), pero nunca las conocemos. Preferimos el reconocimiento al hallazgo al esplendor de un signo. De aquí que se trate de descubrir que "el sentido material no es nada sin que encarne una esencia ideal". Para alcanzar la esencia ideal hay que "desmaterializar" el signo, cosa que sabe hacer el mundo del Arte.
Aquí podemos hacer un alto para preguntarnos algunas cosas que por ahora no vamos a contestar. Si se trata de desmaterializar el signo para encontrar el esplendor que es su esencia ideal, si es así, entonces la Versagung freudiana, la renuncia al objeto ¿en qué consiste? ¿qué es la castración?. Porque en la versión lacaniana de la versagung consiste en la caída del significante de la identificación para alcanzar el objeto (a) y así poderse identificar con aquello que es más yo que yo mismo, ese real que estaba sosteniendo la identificación simbólica (S1) pero que a su vez quedaba preso de esa identificación, o sea se introducía en la mecánica mortificante del mundo significante, de la estructura significante (filiación) y el único recurso que le quedaba era el plus-de-goce o sea entregarse a la mecánica del Super-yo (más trabajo simbólico para alcanzar el objeto a y a su vez el objeto se aleja cada vez más).
Ahora bien, ¿podemos concluir que tanto Deleuze como Lacan están hablando de lo mismo? En el caso de Deleuze el resultado final del proceso de desmaterialización es una esencia, una cualidad absoluta, que pertenece al pensamiento, o sea una idea. Sin embargo en el caso de Lacan el resultado último es un real, un hueso, una piedra, el goce del cuerpo, llamado sinthome (hace síntoma en relación al mundo simbólico) y es imposible de ser aprehendido por lo simbólico. Y el sujeto (vacío) acaba por identificarse con ese real último de su goce.
Una idea no es un real del cuerpo, precisamente se llega a la idea a través de un "incorporal" a través de un vaho inquietante en la pradera. Cuando Lacan desmaterializa/desexualiza (pulsión de muerte) lo que hace es liberar al objeto de sus anclajes simbólicos. Cuando Deleuze desmaterializa/desexualiza el signo lo que hace es crear su línea abstracta, propone como fin la abstracción de la idea y no el peso de lo real.
Es asombroso que dos autores que parten de la temática de la diferencia lleguen a resultados tan opuestos. Pero claro no es lo mismo la diferencia estructural de los significantes que la diferencia de sí mismo. Aunque Lacan trata al significante como lo que es diferente de sí mismo no sigue la experimentación de la diferencia de si, más bien sigue la diferencia de una cosa como diferente de otra (un significante es diferente de otro y ese es su único sentido: la estructura) y no de sí misma.
Inmediatamente nos preguntamos cómo era todo esto para Freud, cómo penso el problema económico del masoquismo (desexualización) y a qué resultado llegó. Claro que para Freud había otra cuestión que aún no hemos mencionado: la sublimación. Más adelante hablaremos de esto.
Volvemos a Deleuze y su texto de Proust y los signos. Igual que nos cuesta diferenciar el signo del objeto en que está inscrito (de ahí la necesidad de desmaterializar el signo) también nos cuesta "renunciar a esta creencia en una realidad exterior". El objeto se interpone, nos confunde en la lectura de los signos, quedamos atrapados en su materialidad dura, nos petrificamos (para el psicoanálisis lacaniano la petrificación provendría de la simbolización del objeto, de su ingreso en la estructura simbólica del lenguaje). Y si no hay una realidad exterior... pues queda un mundo espiritual poblado de esencias.
¿Qué son las esencias?: Una diferencia, la Diferencia última y absoluta. Aquí vamos a tener que hablar de nuevo del doble y del precursor oscuro para poder mostrar que la esencia es finalmente lo que hemos llamado la línea abstracta, aquello de lo que carece la teoría lacaniana, de una verdadera incorporación del problema de la diferencia y de la abstracción (conseguida por el Arte). Pero tenemos que ir despacio y acudir a otro texto de Deleuze "Diferencia y repetición" en concreto al capítulo 2 ("La repetición para sí misma") y al apartado de ese capítulo "¿qué es un sistema?".
El planteamiento surge de la intuición ontológica de Heidegger: la diferencia debe ser en sí misma articulación y vínculo, lo que quiere decir que relacione lo diferente con lo diferente. Es necesaria una diferenciación de la diferencia y por lo tanto un diferenciante. Y se pregunta Deleuze: "En qué condiciones la diferencia desarrolla este en-sí como "diferenciante" y reune lo diferente...?
El diferenciante de la diferencia es la máquina de desexualizar que nos lleva al instinto de muerte, por ello Deleuze insiste en que el precursor oscuro (el diferenciante) no es un amigo. El final del amor es la desexualización y la creación de una imagen última del pensamiento, una imagen del diferenciante, el esplendor del instinto de muerte: el polichinela inmaculado, el pensamiento en persona.
Polichinela inmaculado |
Imagen del pensamiento: El contrato masoquista |
En el capítulo anterior, Diagrama, habíamos mostrado que el falo del que habla el psicoanálisis podía tener otra lectura que no fuera aquello que sustenta el Nombre-del-padre. Habíamos llegado a mostrar que el falo simbólico era la forma lógica del diagrama, la síntesis disyuntiva. Ahora podemos ir más allá y decir que el diagrama, la síntesis disyuntiva, es la forma lógica del precursor oscuro y que su operatoria culmina en el movimiento forzado que no es otra cosa que el exceso creado por la síntesis disyuntiva, exceso del precursor sombrío, del diferenciante de la diferencia, exceso que en su movimiento forzado crea la línea abstracta.
"...terribles modelos de los seudos donde se desarrolla el poder de lo falso..." |
Nuevas filiaciones que no sean las del Nombre- del- padre. "Terribles modelos de los seudos donde se desarrolla el poder de lo falso". Nueva geografía para un pueblo nómada que camina por el desierto del pensamiento:
...un pueblo nómada... |
Y dentro de un paréntesis nos dice: "lo importante no es el carácter ficticio de los personajes, sino lo que explica la ficción, a saber, la naturaleza del acontecimiento puro y el mecanismo de la contraefectuación". Hasta aquí tenemos que llegar y lo mejor es volver a remitirnos a los textos freudianos del masoquismo y el más allá del principio del placer, al problema del superyó y el yo ideal.
Quisiera saber quién es el autor o autora del texto, gracias, saludos
ResponderEliminarHola Atenea, los autores del texto somos Marieta y Sebas. Cualquier cosa que quieras charlar pues nos mandas un mensaje aquí o te damos nuestro correo.
ResponderEliminarAgradecidos de que lo hayas leído y deseosos de hablar cosas de la noche.
Por cierto, ¿quién eres tú Atenea?...
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