Ahora bien, ¿qué es la materia?. Acudimos a la "Crítica de la razón pura" para ver si el filósofo Kant nos da nuevas señales. En concreto a lo que titula "Analogías de la experiencia", nos interesa su concepción del tiempo y más en concreto descubrir las relaciones de la materia y el tiempo y para eso vamos a acudir de las tres analogías de la experiencia a la primera que es la que más nos interesa para nuestros fines: "Principio de la permanencia de la substancia". El filósofo nos dice que todos los fenómenos son en el tiempo. Ahora bien el tiempo en el cual tienen que ser pensados todos los fenómenos queda y no cambia. Son percibidos los fenómenos en el tiempo pero el tiempo en si mismo no puede ser percibido. El tiempo es un substrato y el substrato de todo lo real, de lo perteneciente a la existencia de las cosas, es la substancia, en la cual todo cuanto pertenece a la existencia puede ser pensado como determinación.
Nuestra aprehensión de los fenómenos es sucesiva pero para que pueda ser así tiene que haber algo que existe siempre y ese algo es el tiempo que permanece y en el que las cosas suceden. "Solo en lo permanente son pues posibles relaciones de tiempo, es decir lo permanente es el substrato de la representación empírica del tiempo mismo y en ese substrato tan sólo es posible una determinación de tiempo.
Ahora bien, no nos debe confundir el que Weil al igual que Rothko llame a esto la materia porque su intención no es tanto el buscar un ejemplo de obediencia al modo de la moral cristiana sino más bien buscar ese modo del tiempo que no cambia. Deleuze en Diferencia y Repetición nos lo advierte con claridad (pag. 176-177) cuando dice:
La muerte no aparece en el modelo objetivo de una materia indiferente inanimada, hacia la cual lo viviente "retornaría"; está presente en lo viviente como experiencia subjetiva y diferenciada provista de un prototipo. No responde a un estado de materia, sino, por el contrario, a una pura forma que ha abjurado de toda materia -la forma vacía del tiempo- (Y una manera de llenar el tiempo es exactamente lo mismo que subordinar la repetición a la identidad extrínseca de una materia muerta o a la identidad intrínseca de un alma inmortal).
Hay que darse cuenta de que cada vez que menciona la palabra materia une al substantivo un adjetivo: inanimada, muerta. Efectivamente Deleuze corrige cualquier duda que nos quede de pensar la materia por fuera del tiempo que no sería sino una materia muerta. La materia llevada al tiempo sería un tiempo vacío, una forma vacía del tiempo: pura forma. Y es aquí donde comienza su planteamiento de la desexualización.
Siguiendo el planteamiento de Amador Vega (Sacrificio y creación en la pintura de Rothko): Se trataba en Rothko de hacer factible el nacimiento de la luz como aglutinante de la unidad emocional. Se trata de comprender el significado de la luz en su obra a partir de las secciones; el arriba y el abajo no tienen importancia en su colocación de las secciones porque dichas secciones podrían presentarse como el resto de unos órdenes caídos y que siguen interponiéndose entre el observador y el espacio secreto que atesora el cuadro. O sea que Rothko partiendo de la materia accede a un problema de la luz. Nosotros habíamos partido de la materia para acceder a un problema del tiempo. Tendremos que descubrir las relaciones entre el tiempo como forma vacía y la luz. Vimos anteriormente que Bousquet también establecía esa relación entre la luz y el tiempo cuando parte de "una herida que me espera desde siempre" y llega a "una realidad digna de la luz".
Para nosotros las secciones en Rothko no son otra cosa que el trabajo del doble, la diferencia de la diferencia , tras la que se haya la realidad invisible del tiempo en persona. Y la obra de Rothko la entendemos como un proceso de desexualización. No olvidemos lo que dijo Rothko de su obra: No son cuadros, son cosas.
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