El desastre cuida de todo


Pre-escrito, pre-página, cuaderno borrador, croquis, lugar para la catástrofe, así queremos comenzar este blog. Espacio previo a la escritura, espacio reservado a la catástrofe que implica toda escritura antes de su gestación. También una catástrofe de autores, cualquiera escribe en el croquis. Catástrofe previa a la creación de un concepto, el diagrama como oposición a lo perverso de la representación. No estamos apurados porque sabemos que "el desastre cuida de todo" (Blanchot).


“No una imagen justa, sino justo una imagen” (Godard)

Dos fragmentos fundamentales para pensar la diferencia.

...habría que ir haciéndose a la idea de que las cosas más terribles y cruentas entre los hombres pueden carecer totalmente de profundidad, venir de las circunstancias más banales, ser pura mímesis superficial de estereotipos más o menos difundidos, de modelos prestigiosos hábilmente publicitados y fácilmente accesibles a la imitación. Allí donde uno es, por lo indeterminado de la situación, cualquiera, o mejor un cualquiera entre cualquieras, siempre se halla abocado a ser, de alguna forma, otro, incluso respecto de sí mismo, y se halla abierto a encarnar a cualquier otro que no precisa más realidad que la imagen, gesto o actitud, connotaciones de una apariencia imaginaria, simple fantasma de personalidad inmediatamente accesible a cualquier impulso imitativo, surgido del afán lúdico de determinar el propio "cualquiera" con cualquier cualquiera mínimamente definido.

Rafael Sanchez Ferlosio. El alma y la vergüenza. Ed. Destino. (Artículo de igual nombre).

Nada es más triste que la risa: nada más hermoso, magnífico, estimulante, y enriquecedor, que el terror de la desesperación profunda. Creo que cada hombre mientras vive, es prisionero de este miedo terrible, en el cual toda prosperidad está condenada a fracasar, pero que guarda, incluso en su abismo más profundo, esa libertad esperanzadora que le permite sonreír en situaciones aparentemente desesperadas. Por eso la intención de los autenticos escritores de comedia- es decir, los más profundos y honestos- no es de ningún modo divertirnos únicamente, sino abrir desgarradoramente nuestras cicatrices más dolorosas para que las sintamos con más fuerza.

Fellini

El hombre mira el mundo y el mundo no le devuelve su mirada

El amor propio (el pacto metafísico)

La pareja materia forma correlativa de la figura óptica-táctil se halla bajo la lógica de la identificación por oposición, lógica en la que como ya hemos mencionado se encuentra el trabajo de la inteligencia por conceptos, que implica el objeto como signo codificado y a la que ahora añadimos el amor propio. El amor propio y la inteligencia por conceptos trabajan a la par. En efecto, los conceptos se crean a través de antinomias y yuxtaposiones, esto es por oposición. Sin duda, no podemos negar que esto sea de una gran utilidad práctica, es decir, nos es útil en el uso que hacemos de la cosa ya que nos permite funcionar, usar, ‘saber hacer con’. El amor propio se encuentra inmerso en esta misma lógica del pensamiento (del Todo y la Parte), en la del objeto: el sujeto desea tal objeto, colmar el deseo del Otro. Los objetos mirada y voz (risa) actúan aquí de manera omnipresente ya que son los que motivan la rectitud del error y la consiguiente imitación de una “buena” conducta: risa del amo que supone un doble juego: el del tirano y el esclavo, pues al querer colmar el deseo del tirano (en el que incluimos no solo al tirano como figura consciente sino también al superyó), satisfacer su deseo, nos hallamos en la Gloria de la tiranía del amor propio: heteronomia de la alabanza. El sujeto práctico regido por el amor propio, deseo de objeto que guía sus fines y sus medios y por ende su acción, sigue la lógica de la oposición, de la distinción y la diferenciación “de singularizarse, porque de la singularidad nace una afección más larga, más constante, más exclusiva que la que nos liga a lo que no posee más que atributos comunes a otros objetos”(…) “el amor propio afirma con tanta mayor fuerza su singularidad en tanto que oculta la alteridad que le es consustancial (el “yo” del amor propio aparece según la estructura de la constitución del objeto exterior); alienada en definitiva, en sus contenidos, ya que es esencialmente la envidia (de lo que el otro posee y de lo que es), lo que alimenta la dinámica de la ambición y de la diferencia”.(Bove)
Frente a dicha identificación por oposición hallamos la del adjetivo óptico, la línea abstracta, una identificación fusional, derivado del amor de nosotros mismos que es “ante todo amor de lo real en nosotros, es decir, de nuestra potencia (…) el ser se amplifica extendiendo su amor más allá de sí mismo sobre todos los cuerpos semejantes que él ama como su propio cuerpo”.(Bove)
Si tenemos que hablar de identificaciones lo hacemos por fusión, ya que la relación como dijimos es independiente de sus términos, y por tanto no es del orden del individuo, del sujeto, ni de la identidad, de la esencia, ni de la propiedad. Hay identificación fusional entendida como transversalidad. Operaciones lógicas que permiten dar un giro a la identidad por oposición y a la política de las identidades. Se trata de la transversalidad en la escritura tal y como nos señala Deleuze:



El problema nunca ha consistido en la naturaleza de tal o cual grupo exclusivo, sino en las relaciones trasversales mediante las cuales los efectos producidos por tal o cual cosa pueden producirse de otro modo
(Cita extraída del Manifiesto contra sexual de Beatriz Preciado, en la que se hace alusión al concepto deleuziano de transversalidad en relación al de" homosexualidad molecular").

Fórmula del amor propio: hombre mira al mundo y el mundo le devuelve su mirada.


La distancia interior (alma del pacto)

Vamos a poner un ejemplo de lo expuesto anteriormente: vamos a mostrar cómo se construye un Otro, una falta/objeto y un sujeto sometido a la servidumbre de ese Otro, alienado pero encontrando al fin un sentido para su vida, es un ejemplo muy sencillo y que cualquiera reconocería. Para ello cito a Robbe-Grillet en un momento en que denuncia el humanismo y la tragedia:...

el funcionamiento de la "soledad". Yo llamo. Nadie me responde. En lugar de concluir que no hay nadie -lo que sería una constatación pura y simple, fechada, localizada, en el espacio y el tiempo-, decido actuar como si hubiera alguien, pero que, por una razón o por otra, no respondería. El silencio que sigue a mi llamada ya no es, desde entonces, un verdadero silencio; resulta cargado de un contenido, de una profundidad, de un alma -que remite enseguida a la mía-. La distancia entre mi grito, según mis propios oídos, y el interlocutor mudo (tal vez sordo) al cual se dirige, se convierte en una angustia, en mi esperanza y mi desesperanza, en un sentido para mi vida. Ya nada contará en adelante para mí, solo ese falso vacío y los problemas que me plantea... pero la presencia invisible que continúo creando a través de mi llamada me obliga, para siempre a lanzar en el silencio mi grito desdichado... mi soledad y no es entonces un dato accidental... forma parte de mí, del mundo entero... es nuestra naturaleza... es una soledad para siempre.
Dondequiera que haya una distancia, una separación, un desdoblamiento, una división, existe la posibibilidad de sentirlos como sufrimiento, y luego de elevar ese sufrimiento a la altura de una sublime necesidad.... Entre el hombre y los otros hombres... distancia entre el hombre y sí mismo, entre el hombre y el mundo... es precisamente una distancia interior, una falsa distancia...
Desde las amantes que se hacen monjas hasta los policías-gangsters, los criminales atormentados, las prostitutas de alma pura, los justos obligados por su conciencia a la injusticia, los sádicos por amor, ... el "personaje" debe ante todo ser doble...
Vemos en este sencillo ejemplo cómo en el transcurrir de una vida podemos de manera repentina dar un salto y hacer una distancia, ya tenemos un Otro, hemos construido el doble, y es un Otro diabólico o amoroso, que nos abandona o nos quiere y ayuda, al que hacemos demandas o nos las hace, al que perseguimos o nos persigue, un Otro para el que soy un héroe de novela, para el que estudio, para el que dejo de estudiar, para el que trabajo o para el que hago el amor, pero siempre las cosas van a ser para su mirada que me acoja o expulse. También el Otro va a tener una subjetividad, es rico, pobre, abandona, ama, duda... En fin que he creado una distancia interior que se va agrandando de falso vacío, se va volviendo una tragedia, ya no tengo una vida sino un futuro con ese Otro. ¿El objeto?: la distancia interior. Va a ser el objeto de nuestras conversaciones, el objeto de nuestros actos, el objeto de nuestras rupturas y de nuestros reencuentros, de nuestras pasiones, de nuestros aciertos o errores, de nuestra angustia.


¿Y qué propone Robbe-Grilled frente a esto? Lo dice de manera muy sencilla, se trata de escapar del "pacto metafísico":

El hombre mira el mundo y el mundo no le devuelve su mirada.


Vamos encontrando algunos trazos del diagrama:

. El punto gris (Klee)
. La línea abstracta (Deleuze)
. El sinthóme (Lacan)
. El adjetivo óptico (Robbe-Grilled)
. La transversalidad (Guattari)
. El desastre (Blanchot)
. Las formas de la exterioridad (Pardo)
. La escritura (Handke)
. El tránsito. Las nociones comunes (Spinoza)
. La ética relacional (Bove)
. El tiempo lineal y vacío (Kant)


Por otra parte encontramos un enemigo común que se dice de muchas maneras: el pacto metafísico, el Otro trascendente en sus múltiples formas, la interioridad, la profundidad, el héroe, la persona, los objetos del Otro (la metáfora), el tiempo y el espacio de la tragedia (la tragedia del Otro), la distancia interior y su vacío (el deseo de un objeto que no es más que vacío y distancia profunda). El deseo de reconocimiento: que el Otro nos reconozca como su héroe. Y todo esto estimulado y sostenido por la novela tradicional con sus héroes, por la tragedia y el teatro, por las historias, la religión, el interés por la pasión amorosa y la estimulación planetaria de lo sexual (es muy importante tener una buena salud sexual), las distintas creencias siempre estimuladas por los impostores (los que se sitúan en el lugar del Otro certificando su existencia): la soledad (hay que tener amigos), la pobreza (paro/crisis), la salud (sobre todo la buco-dental, la sexual, la gimnasia de los ancianos) y sobre todo para las mujeres tener novio/marido porque es su mandato histórico, tener hijos, una casa. Y para los que ya han trabajado todo esto hasta el agotamiento... divertirse (último mandato del amo impostor), fiesta, amantes, sexualidad escondida, negocios... en fin... Para los chicos también hay un mandato del amo/impostor: que se diviertan, que hagan el gamberro ( "hijo, yo también lo hacía en mi juventud") que beban, que follen, que se metan de todo para el cuerpo que es divertido.

Como vemos el PACTO METAFÍSICO de la distancia (con respecto al Otro) está sostenido hoy día en dos pilares: diversión y confort (dicho de otra manera: sentirse a gusto con uno mismo). Lo que se dice "llevar una buena vida". La obligación manda. Han cambiado mucho las cosas, antes era la tragedia hoy es el confort, pero no tenemos que olvidar que ambos estados se sostiene en el pacto metafísico de la trascendencia con respecto a un Otro que podríamos denominarlo EL OTRO DEL PATHOS. Al fin y al cabo es la pasión lo que andamos buscando desesperadamente hoy día.El pathos del Otro, la pasión por el Otro. Pero ya lo dijimos anteriormente ¿el objeto del disfrute? la distancia, el vacío, finalmente "disfrutamos" de nuestra propia miseria que es lo que más se ve hoy día en los gestos de unos y de otros: miseria espiritual (y por espiritual entiendo profunda, la miseria de estar siempre con un Otro miserable).

Resumiendo:
. La interioridad (distancia)
. El objeto (vacío de la distancia). Es el objeto de las disputas (con el Otro), el objeto de los amores (con el Otro), el objeto de las tragedias (con el Otro)
. El Otro (creencia en el doble): la trascendencia.
. El amor propio, el héroe, el deseo de ser reconocido por el Otro.
. El impostor, el que dice que él es el Otro.
. La valoración del phatos del Otro, la tragedia, la pasión. Hoy día la diversión y el confort que son las nuevas formas de la tragedia. La miseria de la profundidad: sentirse a gusto con uno mismo, estar cómodo, sentirse apasionado en los momentos de aburrimiento que son la mayoría, creencia en la sexualidad perversa, la diversión, un mundo televisivo (todo para la mirada del Otro) de luz y color y risas bobas.

La pareja de hoy día: el héroe y su impostor (la pareja materia forma) . Mejor: la impostura del héroe.


A quien más cuidamos, escuchamos, amamos, protegemos, esperamos y mimamos es al impostor , al que dice "yo soy el Otro" (el que conoce el orden de las cosas y cómo tenemos que ser, el que está dispuesto a contarnos en qué consiste vivir ). Lo dicho: miseria.

Miseria, Ambición y Soberbia: EL ABURRIMIENTO: "La vida en sociedad hecha por y para las criaturas que, si no son negativas, sosas y deprimentes, son absolutamente aburridas, sólo puede ser, si no es sosa y deprimente, absolutamente aburrida" (Valérie Solanas)

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