El desastre cuida de todo
“No una imagen justa, sino justo una imagen” (Godard)
Dos fragmentos fundamentales para pensar la diferencia.
...habría que ir haciéndose a la idea de que las cosas más terribles y cruentas entre los hombres pueden carecer totalmente de profundidad, venir de las circunstancias más banales, ser pura mímesis superficial de estereotipos más o menos difundidos, de modelos prestigiosos hábilmente publicitados y fácilmente accesibles a la imitación. Allí donde uno es, por lo indeterminado de la situación, cualquiera, o mejor un cualquiera entre cualquieras, siempre se halla abocado a ser, de alguna forma, otro, incluso respecto de sí mismo, y se halla abierto a encarnar a cualquier otro que no precisa más realidad que la imagen, gesto o actitud, connotaciones de una apariencia imaginaria, simple fantasma de personalidad inmediatamente accesible a cualquier impulso imitativo, surgido del afán lúdico de determinar el propio "cualquiera" con cualquier cualquiera mínimamente definido.
Rafael Sanchez Ferlosio. El alma y la vergüenza. Ed. Destino. (Artículo de igual nombre).
Nada es más triste que la risa: nada más hermoso, magnífico, estimulante, y enriquecedor, que el terror de la desesperación profunda. Creo que cada hombre mientras vive, es prisionero de este miedo terrible, en el cual toda prosperidad está condenada a fracasar, pero que guarda, incluso en su abismo más profundo, esa libertad esperanzadora que le permite sonreír en situaciones aparentemente desesperadas. Por eso la intención de los autenticos escritores de comedia- es decir, los más profundos y honestos- no es de ningún modo divertirnos únicamente, sino abrir desgarradoramente nuestras cicatrices más dolorosas para que las sintamos con más fuerza.
Fellini
El diagrama y el falo
1. El caos toma todo.
2. El símbolo de ese no-concepto (caos) es el punto: lugar de la cosmogénesis.
3. Tiene el punto gris la doble función de estar a la vez en el caos y ser, al mismo tiempo, un ritmo en tanto que salta dinámicamente sobre si mismo.
Con lo cual disponemos de dos tipos de instrumentos: uno de ellos es el caos que toma todo reducido a un punto con el que podemos operar (salta sobre si mismo) produciendo ritmos. A este instrumento lo llamamos "diagrama". El otro instrumento toma la parte, opera por cortes discretos y produce agujeros (la falta) y alrededor de estos agujeros produce deseo. A este otro instrumentos lo llamamos, en psicoanálisis, el falo ( y a su operación la llamamos la castración).
Nos damos cuenta qué instrumentos tan diferentes, uno opera con todo (inmanente, intensidad) y el otro opera con la falta (transcendente,deseo).
El operador (la mecánica interna de los instrumentos) para el caso del diagrama es la "y" por ejemplo: "esto y esto y esto y..." es un operador que funciona por arrastre (pero ya veremos que también hace una selección-destrucción como comenta Nietzsche). Mientras que el operador para el falo es el conmutador (como el de la luz), el corte de si y no, aunque habría que matizar que más bien es un conmutador al estilo del vodebil teatral: donde crees que está no está y donde crees que no está pues está (comedia de puertas, vodebil).
Todo esto no quiere decir que el psicoanálisis no conozca el diagrama pues el concepto lacaniano de Sinthome lo coloca en el final de un análisis solo que de un modo que nosotros pensamos como poco dinámico y nuestra intención es restituir toda la potencialidad al concepto de diagrama-sinthome al psicoanálisis.
Pero es más... aplicando el diagrama a nuestro propio texto podríamos hacer el uso del instrumento diagramático de la siguiente manera: el diagrama y el falo. De lo cual resultaría la diferencia de los dos modos instrumentales. Con esto queremos decir que no tratamos de proponer el diagrama como mejor instrumento que el falo sino trabajar con los dos instrumentos de manera diagramatica.
El punto gris (Klee) y el sublime kantiano
Justo Barboza realiza esta pintura -acrílico- a pincel sobre un lienzo xilografiado.
Comencemos con otro texto de Deleuze a añadir al anterior sobre Klee, en el intento de comprender qué es eso de un punto que incluye el todo (el caos toma todo y su reducción), pero vayamos al texto, esas clases en Vincennes sobre el sublime kantiano:
... Decimos sublime de dos cosas. Respuesta de Kant: se dice que es sublime de dos cosas: lo sublime "matemático" (se dice matemático porque es extensivo), y se dice sublime dinámico (es un sublime intensivo). Ejemplos: el espectáculo infinito del mar en calma, es lo sublime matemático; la bóveda estrellada de los cielos cuando el cielo es claro, es lo sublime matemático; me inspira un sentimiento vecino al respeto, es un sublime dinámico. Esta vez lo infinito de la expansión da lugar a lo infinito de las fuerzas de la materia, la infinidad intensiva de las fuerzas que llenan el espacio y el tiempo. Lo sublime dinámico es el mar enfurecido, la avalancha. Esta vez es el terror. Piensen hasta qué punto Kant está en el centro de una cierta concepción del romanticismo alemán. Dejo a un lado las razones por las cuales lo sublime dinámico es más profundo que lo sublime matemático. Pero mi segunda pregunta sobre lo sublime es: ¿Qué efecto tiene sobre mí? Podemos avanzar. Ya no puedo aprehender las partes, no puedo reproducir las partes, no puedo reconocer algo, y en efecto lo sublime, como dice Kant, es lo informe y lo disforme. Es lo infinito como circunscribiendo todo el espacio, o lo infinito como trastocando todo el espacio; si mi síntesis de percepción está suprimida es porque mi comprensión estética está comprometida, a saber: en lugar de un ritmo, me encuentro en el caos.
Sucede como si la imaginación (es la síntesis de la percepción) fuese llevada hasta su propio límite. Formidable, estamos encontrando a nivel de la facultad de la imaginación algo que se había encontrado a nivel de la facultad del pensamiento: no es solo el pensamiento el que está en relación consustancial, en relación fundamental, con un límite interior, la imaginación está atravesada por un límite que le es propio, y lo sublime confronta la imaginación a su propio límite. Lo bello, según Kant, no es del todo eso, lo bello es una reflexión de la forma del objeto en la imaginación. Lo sublime es cuando la imaginación es puesta en presencia de su propio límite, está pasmada. Entre el ritmo y el caos la ambigüedad era enorme; los remito al celebre texto de Paul Klee, cómo sale el ritmo del caos, la manera en que el punto gris salta por encima de sí mismo y organiza un ritmo en el caos. Teniendo el punto gris la doble función de estar a la vez en el caos y ser, al mismo tiempo, un ritmo en tanto que salta dinámicamente sobre sí mismo; va a organizar el caos y a permitir el ritmo. Cézanne cuenta que nunca se mira un paisaje, se mira algo y es el caos absoluto, el "caos irisado". Cézanne dice que es como un desprendimiento de tierra, un hundimiento.
En ese momento soy uno con el cuadro -habla Cézanne-, estamos en un caos irisado, etc... los cimientos geológicos... traducido en términos kantianos, es verdaderamente: paso de la síntesis de la percepción a la comprensión...
Lo sublime, afortunadamente no nos capta todo el tiempo, sería terrible; afortunadamente conservamos nuestra percepción. En el momento en que Kant dice que en lo sublime la imaginación es llevada hasta su propio límite, y de golpe está enloquecida, como una brújula enloquecida, ella está imaginando lo que no puede ser imaginado; y en ese momento, dice Kant, respeto de lo sublime matemático, o en el terror de lo sublime dinámico, experimentamos.
Al mismo tiempo que mi imaginación está aplastada por su propio límite, es un límite que es como su núcleo fundador, es el sin fondo. ¿Qué es ese sin fondo de la imaginación? Algo que hace que descubra en mí como una facultad más fuerte que la imaginación, la facultad de las ideas. ...
La catástrofe
1º un gris negro/blanco que es el gris del fracaso y luego un gris que es el color que asciende el gris verde/rojo. En Klee el primer gris es el caos pero no un caos que se opone al orden sino el caos que toma todo, el caos absoluto y va a decir cómo se sale de un caos que no tiene contrario, y esto nos importa mucho, no se trata de un caos relativo. Dice Klee que si ustedes toman en serio la idea de caos, ven que se trata de un no-concepto. El símbolo de ese no-concepto es el punto. Pero no un punto real sino el punto matemático. Es decir el punto que no tiene dimensión. Esa nada-ser. Afectar un punto de una virtud central es hacer de él el lugar de la cosmogénesis. Comienzo... El punto gris establecido salta por encima de sí mismo en la dimensión donde crea el orden. El acto de pintar es el acto que toma el punto gris para fijarlo, para hacer de él el centro de las dimensiones.
Primer peligro: no pasar por la catástrofe, evitar la catástrofe. Otro peligro: pasamos a la catástrofe y permanecemos allí.
Bacon: "Yo hago marcas", toma una brocha o un trapo y limpia una parte del cuadro "y vemos implantarse en el interior de ese diagrama las posibilidádes de hechos de todo tipo". Hacer que el cuadro devenga un Sahara.
Creo que se puede entender lo que quiere mostrar Deleuze: primero instaurar un caos y luego hacer una operación que convierte ese caos en un instrumento con el que vamos a pintar. El caos-instrumento, la marca, el diagrama, la reducción del caos a una marca, una mancha, la característica principal es que ese instrumento-caos es genético, productivo, da lugar a la luz, al color, a las formas, que serán formas del caos, producidas por el caos. Creación, comienzo.
Hay muchas formas para convertir el caos en instrumento-caos, el rayajo en Picasso (empezar haciendo un rayajo en el cuadro). El huevo explosivo en Turner. El barrido con esponja, limpiado, en Bacón...
El psicoanálisis emplea un método similar, del instinto de muerte se pasa, por medio de una operación, al falo-instrumento instaurador de un orden que llama simbólico. Ya tendremos tiempo de pensar qué operación es esa. Lo cierto es que esa operación, que el psicoanálisis llama castración, deja un resto genético como el gris de Klee, el color, que el psicoanálisis llama objeto a. Volveremos a ello.
No tenemos que perder de vista nuestro primer problema: convertir el caos absoluto y sin contrario (orden) en un instrumento operativo, genético, productivo, origen, huevo.